sábado, 17 de agosto de 2013

Primero unos cientos, luego unos miles. Centenares de miles. Más de 700.000. En su mayoría ancianos, enfermos y personas casi analfabetas. Es la tragedia de las preferentes, unos productos financieros que se les presentaba a estos ahorradores como “plazos fijos” o “inversiones seguras”. La estafa que parece recorrer España de sucursal en sucursal.

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