Este caso supone, la aparición del cinismo e
indiferencia de la élite política y jurídica, a los problemas de los clientes
en las entidades financieras.
Frente al cuestionamiento del buen gobierno financiero de la Caja, expuesto
por el juez en la instrucción, aparece la defensa del ejecutivo imputado (el
Sr. Blesa), por parte de la Fiscalía e incluso de los propios jueces que
sientan en el banquillo al juez instructor.
El Sr. Blesa con su actitud, está
representando la gestión en la banca, como un puente que conducía a la
restauración de un régimen más autoritario y elitista, un régimen de
laissez-faire (dejar hacer o manos libres de los ejecutivos sin atadura de
ningún tipo ni sometimiento a los poderes públicos).
El Sr. Blesa, representa a unos ejecutivos de
la banca, que se han convertido en un peligro, y que tratan de representar un
tiempo donde se imponía el hombre totalitario sobre el mundo. Igual que el
nazismo o el comunismo fueron un peligro cierto para la democracia, el
totalitarismo de la banca es una peligro diario para la libertad de los
españoles
Si recordamos, la Alemania nazi era un
movimiento incitador, donde los ideólogos del liberalismo, consideraban que el
nazismo, era un mal necesario para advenir otro Régimen europeo. Consideraban
que había que renovar la prueba de fuerza, donde se tambalee Occidente, para
evitar que caigamos en el optimismo de los racionalistas de la Ilustración, que
son tachados de estúpidos. Actualmente vivimos un período de tiempo similar
respecto a la banca.
La banca, a la hora de establecer estrategias
de poder, no ve un problema en que el pueblo pueda votar, sino que se sepa
elegir a los mejores para llevar el Gobierno.
Esta elección de los mejores, naturalmente y
ahí está el problema, no es una elección o selección objetiva, democrática,
donde prime el interés general, sino que se refiere a los mejores para los
intereses de la banca.
Ellos han llegado a la conclusión, de que los
mejores son los ejecutivos de la banca, y que deben gobernar en la sombra. De
ahí es de donde surge la idea, de que la Fiscalía vele por evitar las
imputaciones de directivos y preserve la impunidad de los financieros, y por
eso es por lo que no hay ningún ejecutivo de la banca en la cárcel, ni tampoco
verdaderas instrucciones penales sobre la materia.
La prueba de todo esto, es que el parlamento
no ha investigado nada relacionado con Caja Madrid y Bankia en general, ni
tampoco sobre el sector financiero. Se da la paradoja, que el único Parlamento
que ha investigado ha sido un Parlamento tachado de separatista (el Parlament
de Cataluña). Y finalmente, si no se puede evitar la condena en sede judicial,
se establece que en caso de sentencias judiciales desfavorables, sean
indultados por el Gobierno de tal forma que “todo queda en casa”.
No podemos por tanto sino, lamentar el
bochornoso espectáculo que está ofreciendo la Fiscalía y el deterioro de la
imagen del Estado y de su autoridad, que parecen más rápidos en reprimir al
juez instructor que en reprimir el delito y a los ejecutivos imputados. La imagen pública de una Fiscalía, ejerciendo más como abogados defensores del Sr. Blesa que de los intereses de los propios ciudadanos españoles, es
terrorífica y deslegitima a los poderes públicos y a la propia democracia
española.
Para terminar, decir que la prueba de los
correos electrónicos de la Entidad debe ser estimada completamente, porque de
ahí y de los ilícitos que se han ido conociendo es de donde proviene la
posición del juez Elpidio Silva.
Queremos mostrar nuestro apoyo al juez Elpidio
en esta causa, y decir que efectivamente, con toda la documentación que se ha
instruido, tanto en el caso Blesa como en la Audiencia Nacional sobre la
emisión de las participaciones preferentes, no hay ninguna duda de que el Sr.
Blesa debe estar en la cárcel, las pruebas que le incriminan son irrefutables.
Respecto al Fiscal y a los jueces que imputan
a Elpidio Silva, pueden acabar siendo imputados por prevaricación, si
finalmente las pruebas acaban saliendo. Esperemos que tengan el Fiscal y los
Jueces, la suficiente cordura para saber decidir con arreglo a las normas del
Derecho. Pero recuerden…, de un Derecho seguro, un Derecho fiel, un Derecho de aplicación
de la justicia, no un Derecho volátil, que se cambia y Reforma sobre la marcha,
y según interese, para quedar en un Derecho al servicio del poder. Si así
fuere, automáticamente sería un Derecho sin legitimidad, sin autoridad, sería
la pérdida de la independencia judicial, de tal forma que los ciudadanos
perderían la poquita confianza que les pueda quedar en los Tribunales de
Justicia españoles. Ojalá éste caso sirva precisamente para devolver esa
confianza que necesitan tener los españoles en la autoridad judicial.
Zaragoza a 26 de marzo de 2014
José Ignacio Martín
Presidente de la Asociación de Clientes
Financieros (ACF)
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