1) CONSUMIR LO QUE
PRODUCES, PRODUCIR LO QUE CONSUMES.
El sector productivo,
ha visto como su acceso al crédito ha ido progresivamente
deteriorándose, hasta tal punto que empresas que tienen un nivel de
endeudamiento bajo, y que en teoría podrían acceder a los créditos
fácilmente, han llegado a quedar excluidas en el acceso a la
financiación.
Así nos encontramos que las empresas han tenido que crear una estructura financiera, basada en la autofinanciación.
Paradójicamente las
empresas fuertemente autofinanciadas, y por tanto con mayor capacidad
de crédito, tampoco han logrado su objetivo de obtener créditos con
lo que su potencial crecimiento queda ralentizado cuando no
estrangulado.
Los ritmos de
crecimiento de las empresas se deben en gran parte al crédito. El
crédito actúa como mecanismo de creación anticipada de dinero, sin
él las empresas no pueden progresar.
Tipos de crédito.
En España las
entidades financieras, no distinguen entre créditos a corto, medio y
largo plazo, sino que lo hacen únicamente en créditos a corto o a
largo plazo, incluyendo el medio plazo en el largo sin embargo,
tienen contextos, justificaciones y características diferenciadas.
a) Créditos a corto plazo.
A corto plazo un
crédito es un “anticipo de cobro”, se obtiene liquidez de
dinero, proporcional al dinero que se nos adeuda por los clientes, o
que se necesita para financiar stocks a la espera de movilizarlos o
vender en plazo relativamente corto. Obtenemos dinero de unos bienes
físicos que hemos producido y que en breve plazo se convertirán en
dinero tan pronto sean cobrados.
Estos créditos no deben utilizarse para financiar activos fijos o inversiones, porque un plazo rápido de devolución es incompatible con la naturaleza de su aplicación permanente.
b) Créditos a largo
plazo.
El crédito a largo
plazo es un “anticipo de beneficios”. La devolución de estos
créditos se hace con los futuros beneficios, esperables como
consecuencia de la positiva influencia que la inyección crediticia
produce en la estructura productiva de la empresa, bien porque mejora
el dispositivo operativo, bien porque permite acometer ciclos
productivos de larga duración cuyos beneficios se dan de una sola
vez y sin coincidir con ejercicios naturales típicos.
Sobre las garantías:
El obstáculo más
frecuente en la concesión de créditos, suele ser la aportación de
garantías. Obtener un crédito a largo plazo exige prestar garantías
suficientes. Se reducen a dos : aval bancario o garantía
hipotecaria. Y normalmente un aval bancaria implica, al final una
hipoteca.
En el caso de
sociedades, se obtiene suficiente cobertura para garantizar el
crédito, con la firma o el aval personal de algunos de los
accionistas o el Consejo de Administración quienes aportan garantías
personales adecuadas.
El proceso correcto
para pedir un crédito es el siguiente:
Definir el proyecto y
cuantificación del mismo, determinar los capitales ajenos necesarios
para llevar a cabo la financiación, sondeo e identificación de las
fuentes financieras más adecuadas, incluyendo análisis de los
diversos costos, obtención de un acuerdo de principio con términos
y condiciones claros, y tramitación del expediente concreto del
crédito.
Respecto a los
créditos puente, hasta que no haya una plena garantía de que el
crédito principal ha sido concedido no hay que acudir a ellos. La
naturaleza a corto de los créditos puente combinada, con el riesgo de ver rechazada la operación principal aconsejan extremar la
prudencia.
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